lunes, 2 de mayo de 2011

El franquismo

El franquismo



            El franquismo fue un régimen político y social que nació durante la Guerra Civil, debido a la necesidad de los sublevados de dotarse de un mando único y una estructura estatal paralela a la republicana, una legislación y un poder ejecutivo antiparlamentario y antidemocrático que se apoyaba en un partido único (F.E.T. y de las J.O.N.S., el Movimiento)
Francisco Franco durante todo el periodo dictatorial hasta 1975 concentró en sus manos la potestad y la iniciativa legislativa, y no contó con un Parlamento o Constitución que limitara sus poderes. Una serie de leyes (Leyes Fundamentales y la Ley de Principios del Movimiento Nacional) conformarán el entramado jurídico del régimen.

            El régimen evolucionará por las circunstancias sociales y económicas, por la situación internacional y por las presiones internas, pero una serie de principios ideológicos iniciales, compartidos por todos los regímenes de derechas conservadoras y autoritarias europeas de entreguerras, permanecerán inmutables con el paso de los años.
1. En primer lugar el rechazo de la sociedad burguesa contemporánea y el anhelo de un pasado glorioso y muchas veces mítico que conectaba directamente por el régimen. Se idealizaba la época de los Reyes Católicos y su simbología, así como los Austrias Mayores, especialmente Felipe II, exaltando la idea de cruzada contra el liberalismo (personificados en los masones), los no católicos (judios para el régimen) y los marxistas (calificados de comunistas)
2. Otra idea esencial será su odio hacia las instituciones liberales y la idea de democracia parlamentaria, consideradas las causantes de la decadencia nacional.
3. El anticomunismo, representado por una durísima represión del movimiento obrero, será ejercido hasta los últimos años del régimen. Esta actitud le permitirá romper su aislamiento internacional gracias al contexto de la Guerra Fría.
4. Identificación de un espíritu nacional español y centralista, que rechaza toda idea de nacionalismo periférico, con el catolicismo más conservador, considerado como propio del alma española. Con el tiempo este posicionamiento llevará a sectores progresistas de la Iglesia a ejercer una oposición al régimen.
5. La creación de un estado corporativo articulado en torno a un sindicato único y vertical en el que incluían tanto a los empresarios como a los trabajadores.

            Como veremos al tratar el desarrollo de las etapas del franquismo, el sistema se apoyó ideológicamente en las denominadas familias del régimen. Entre ellas destacan la Falange (al principio), antiliberales con importantes coincidencias ideológicas con el resto de partidos fascistas europeos, que ejerció la violencia contra la II República y durante la Guerra Civil; los monárquicos conservadores radicalizados ante las reformas republicanas, que eran consideradas por ellos como actos revolucionarios, y el franquismo les ofrecía orden y protección a sus propiedades; el ejercito que se alzó, en un principio, como el principal grupo de poder; la Iglesia, que se había opuesto a las medidas democratizadoras de la República, apoyó el sistema ya desde la publicación de la Pastoral dirigida a los obispos del mundo por el Cardenal Gomá y firmada por casi todos los obispos españoles, dando, de este modo, justificación tanto a la guerra, que denominaron cruzada, como al sistema creado.. Por último serán los sectores del Opus Dei (tecnócratas) los que ascenderán en el escalafón ideológico en la época del desarrollismo.

            Socialmente se sustentó en los grandes propietarios de tierras, la burguesía industrial, la aristocracia financiera, la burguesía empresarial y especuladora que surgirá durante la autarquía, las clases medias rurales y urbanas y los eclesiásticos. Las ideas de orden y defensa de la propiedad, en un país con tantos desequilibrios en el reparto de la misma, y la defensa de una religión a la que el triunfo del liberalismo desde el siglo XIX y de la democracia real en el XX había alejado del poder, serán las explicaciones para dichos apoyos sociales.

            El régimen de Franco puede dividirse en tres etapas cronológicas bien diferenciadas.
            1. La construcción del régimen tuvo lugar entre los años 1939 y 1951.
 *Se diseñó un Estado de tinte fascista o nacionalsindicalista, donde la figura más relevante será el propio cuñado del dictador Ramón Serrano Suñer, y el partido único aportará la cobertura formal del gobierno. Las familias predominantes serás los falangistas y militares, en minoría los sectores católicos, reclutados generalmente de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas.
*La Ley de Responsabilidades Políticas (1939), la de la Supresión de la Masonería y el Comunismo (1940), la Ley para la Seguridad del Estado (1941) y la Ley de Represión del Bandidaje y el Terrorismo (1947), fueron los instrumentos legales para la fuerte represión de los vencidos que proponía el sistema. Éste llevó a cabo unos 50000 fusilamientos y en 1939 mantenía 300000 reclusos. Por otro lado, al término de la guerra se inicia un movimiento armado de resistencia frente al régimen (los maquis), que aunque importante no pudo hacer frente al fuerte aparato represivo del Estado.
*En materia legislativa, esta es la etapa en la que se establecen las Leyes Fundamentales, que acompañaban al Fuero del Trabajo (1938) y que a falta de una Constitución forman el aparato jurídico más importante del franquismo. La Ley Constitutiva de las Cortes (1942) que creaba una cámara corporativa y consultiva que representaba teóricamente a sindicatos, familias y municipios, y que formaba un sistema denominado democracia orgánica. El Fuero de los Españoles (1945) limitaba los derechos e impedia el ataque a los principios ideológicos del régimen. La Ley de Referéndum Nacional (1945) que recoge la posibilidad de consulta popular. Por último la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado, que concedía al dictador la facultad de elegir a su sustituto. Afirmaba que España era un reino y que a su muerte o incapacidad un monarca que acate los principios del régimen le sustituiría.
*En materia económica las características principales de esta época serán el racionamiento y la autarquía. Se hizo necesario un sistema de adjudicación de productos de primera necesidad, causado por la escasez de posguerra, que favoreció la creación de un mercado negro (estraperlo) que benefició a ciertos sectores. Por otro lado el franquismo adoptó una política económica dirigista e intervencionista, de aislamiento y suficiencia respecto al mercado exterior. Las causas de esta decisión son las pérdidas materiales de posguerra y el estancamiento generalizado necesitado de una reactivación; las dificultades para acudir a un mercado internacional, puesto que la ONU condenó al régimen; y el nacionalismo económico proteccionista adoptado como ideología oficial.
*Respecto a la política exterior, aunque la posición española fue de no beligerancia en la Segunda Guerra Mundial, Franco colaborará con las potencias del eje, sus aliados en la Guerra Civil. Suministró materias primas y colaboró con la invasión de la URSS a través de la División Azul (47000 voluntarios). En noviembre de 1940 en Hendaya se firmó un protocolo entre Hitler y Franco para la entrada de España en la Guerra Mundial, pero las exigencias del dictador español y las dificultades de Alemania que tiene que volver la vista al Este, obligó a posponer el plan. A partir de 1942 la previsible derrota de Italia y Alemania y la pérdida de peso político de Serrano Suñer harán tomar al dictador una posición algo más neutral. En esta coyuntura el peso de los católicos aumenta en el aparato estatal. El Ministro de Exteriores Alberto Martín Artajo buscará obtener el favor internacional de los aliados, ya vencedores. Se inicia la etapa denominada nacionalcatolicismo en la que el personaje más influyente será Luis Carrero Blanco, que arrinconará a los sectores falangistas a los que encomendará el  ámbito de la organización laboral y el régimen sufre un proceso de desfascificación formal para intentar ganarse a la opinión pública internacional. Tras la Segunda Guerra Mundial las instituciones internacionales condenan la naturaleza del franquismo y se inicia un bloqueo diplomático y económico encabezado por la ONU. Éste fue roto por la Argentina de Perón y más tarde como consecuencia de la Guerra Fría los Estados Unidos inician un acercamiento al régimen, enemigo del comunismo, que fructificará en los años cincuenta. Hasta entonces España quedó excluida de las nacientes OTAN y CEE

            2. Durante los años cincuenta el régimen se consolida.
 *En el tema internacional, el país fue eliminando algunos aspectos de la política antártica y aislacionista. Después de 1950, las relaciones diplomáticas del régimen mejoraron. España podía servir a los países del bloque capitalista como freno a un posible avance del comunismo a nivel internacional, y como plataforma para la red de bases militares estadounidenses. En septiembre de 1953 se firmaron unos pactos con EEUU que suponían la integración económica y militar de España en el bloque occidental y la concesión de una serie de ayudas económicas y concesión de créditos, a cambio del establecimiento de bases en Morón de la Frontera, Torrejón, Rota y Zaragoza. Aunque el régimen no disfrutara de las ventajas del Plan Marshall y fue vetado su ingreso en la CEE y la OTAN, en 1955 fue admitida en la ONU , y dos años antes se firmó un Concordato con la Santa Sede que consagró la confesionalidad del Estado y el poder del dictador para presentar candidatos a obispo al papa. El proceso de integración en el bloque occidental culminó con la visita del presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower en 1959.
*En 1958 con la Ley de Principios del Movimiento Nacional se consagró la ideología del régimen basada en la unidad de España, la prohibición del partidos políticos y la democracia orgánica, definiendo el régimen como “una monarquía tradicional, católica, social y representativa”
*Aparecieron en estos años las primeras manifestaciones de protesta. Entre las más destacables encontramos la crisis universitaria del año 1956, con motivo de las elecciones para delegados de curso se extendió un conflicto entre miembros del SEU y opositores, que el régimen zanjo con purgas en la Universidad y el cierre de las mismas. La oposición popular ya la podemos apreciar en el boicot popular de 1951 en Barcelona contra las subidas del precio del tranvía. Un mes después tuvo lugar la llamada huelga blanca en Madrid con las mismas características. Lograron el descenso de tarifas y la rectificación de alguna medida del gobierno. Durante el bienio 1956­1958 se produjeron huelgas en el País Vasco, Madrid y Barcelona contra la inflación, surgiendo comisiones espontáneas de obreros para negociar. El resultado fue la publicación de la Ley de Convenios Colectivos que reconoce a los trabajadores la negociación con los empresarios.
*Por último es destacable en este periodo la descolonización de Marruecos. En 1956, el área francesa de la zona se independizó, lo que conllevó también el fin del protectorado español. Marruecos reivindicará posesiones que seguían en manos españolas como Ifni y el Sahara Occidental, llegando a enfrentamientos armados. El final del conflicto coincidirá con el del régimen franquista. En 1975, el rey Hassan II anunció una marcha verde en la que invitaba al pueblo marroquí a ocupar el Sahara español. La marcha comenzó en noviembre, con el dictador agonizante, y las autoridades españolas decidieron abandonar la colonia y ofrecerla a Marruecos y Mauritania en los Acuerdos de Madrid en noviembre de 1975.

            3. En el periodo 1959­1975 se producen en España cambios importantes a nivel económico y social, mientras en materia política las transformaciones son escasas, llegando incluso a una cerrazón final en los llamados años del búnker.
*Las primeras transformaciones llegaron con la renovación de los dirigentes del régimen. En 1957 llegan a la cúpula de poder, de la mano de Carrero Blanco y ligados al Opus Dei, los llamados tecnócratas, con López Rodó a la cabeza. Pretenden la modernización económica del país a través del Plan de Estabilización de 1959, responsable del crecimiento económico de los años sesenta. Serán los años considerados del desarrollismo, ya que se produjo un fuerte crecimiento económico  que transformó y modernizó a la sociedad española. Produciéndose así un contraste entre una sociedad moderna y un inmovilismo institucional y político del régimen. El objetivo del Plan de Estabilización fue frenar la inflación y facilitar las exportaciones y la entrada de turistas e inversiones extranjeras. Para ello fue determinante la devaluación de la peseta y el abandono del modelo autárquico. En el mismo sentido debemos nombrar los Planes de Desarrollo (cuatro entre 1964 y 1976) dirigidos desde la Comisaría del Plan de Desarrollo por López Rodó. Se desplazó el eje económico desde la agricultura a la industria y, en menor medida, a los servicios. La concentración industrial en torno al País Vasco, Cataluña, Madrid y los potenciados polos de desarrollo (Zaragoza, Valladolid, Vigo …) facilitó la rentabilidad del sector secundario. En cuanto a la transformación social es destacable el éxodo rural enorme de estos años. La mecanización del campo impulso el aumento de beneficios y la expulsión de mano de obra excedentaria que fue aprovechada por la naciente industria. Produciéndose un crecimiento urbano impensable en los años de posguerra. La mejora económica y el equilibrio en la balanza comercial se acabaron de conseguir gracias a la llegada de transferencias de dinero o remesas que los emigrantes españoles (en estos años en torno al millón) enviaban desde el extranjero.
*En cuanto a la actividad política se deben destacar en estos años la Ley Órganica del Estado (1967), que diseñaba la España posterior a la muerte del dictador de manera continuista;  la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 a cargo del ministro de Información y Turismo Manuel Fraga que suspendía la censura previa, y la sustituía por multas y secuestros de tiradas, a las publicaciones críticas con el régimen; el nombramiento en 1966 de Juan Carlos de Borbón como sucesor. Para ello, el heredero tuvo que jurar lealtad a la Ley de Principios de Movimiento Nacional.
*Los problemas que afrontó el régimen en su última etapa fueron diversos. Desde dentro del régimen, estos aires de apertura fueron duramente criticados por un sector, denominado el búnker, que propuso el regreso al espíritu del 18 de julio, temerosos de lo que pudiese llegar tras la muerte del dictador. La división interna se hizo notoria con el caso MATESA, escándalo de corrupción que el sector falangista aprovechó para elevar sus críticas a los tecnócratas.
Por otro lado, en materia económica España sufrió las consecuencias de la crisis energética de 1973, que frenó el fuerte crecimiento anterior.
En el ámbito político, el asesinato por ETA del presidente del Gobierno Carrero Blanco, hará que el secor duro del régimen logré el nombramiento de uno de sus representantes como sustituto del Almirante, será Carlos Arias Navarro. Se apartó a los tecnócratas del poder y el nuevo Gobierno volvió a coparse de falangistas, incapaces de compaginar liberalismo económico con una fuerte represión.
La oposición al régimen acompañó al crecimiento económico. La protesta obrera se canalizó por sindicatos prohibidos. El más importante fue CCOO surgido en 1962 que se aproximará a las teorías del PCE, también encontramos en el ámbito centrista y cristiano a USO, el recrecimiento de ELA­STV en el País Vasco. La UGT no recuperará su influencia hasta la muerte del dictador. En este ambiente, la conflictividad y las huelgas irán en aumento, sobre todo a partir de 1973. Desde 1965 la protesta estudiantil volvió a estallar, llegándose a declarar el estado de excepción en 1969. Tras el Concilio Vaticano II y la llegada al sacerdocio de hombres que no vivieron la Guerra Civil, la Iglesia se irá distanciando del régimen, en especial su estrato más bajo, que cubría las nuevas barriadas de la ciudades y se identificaba con los problemas de los trabajadores. Esta nueva visión vino encabezada por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal. La oposición política estaba encabezada por el PCE, liderado desde 1960 por Santiago Carrillo, impregnado de la idea del eurocomunismo, que propugna la ruptura con la URSS y la unión de todos los opositores del régimen. El PSOE se renovó por los grupos sevillano (Felipe González), vasco (Nicolás Redondo) y madrileño (Pablo Castellanos) en el Congreso de Suresnes en 1974, desbancando a la vía tradicional encarnada por Rodolfo Llopis. Por otro lado el terrorismo se incrementó. Desde 1959 el grupo terrorista ETA con ideología independentista y leninista llevó a cabo atentados. En el último año del régimen se crean otros grupos de extrema izquierda como los FRAP o los GRAPO. El Tribunal de Orden Público creado en 1963 fue el arma represiva del régimen. Las condenas y ejecuciones que sentenciaba escandalizaron al mundo, como el fusilamiento del dirigente del PCE, Julián Grimau en 1963, el proceso de Burgos en 1970, el proceso 1001 en 1973, o la ejecución de Salvador Puig Antich en 1974.

Finalmente, el 20 de noviembre de 1975, fallecía el dictador, dejando un Estado anacrónico que se derrumbaba y al que sólo mantenía su propia figura y un poderoso aparato represivo

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