martes, 3 de mayo de 2011

El espacio urbano (Tema 9)

IES RÍO GÁLLEGO. 2º BACHILLERATO. GEOGRAFÍA DE ESPAÑA
Tema 9: El espacio urbano
Actividad de ampliación: Historia del espacio urbano de Zaragoza
 “Zaragoza es una ciudad concentrada. Por diferentes razones nos encontramos hoy todavía con una urbe que mantiene una alta densidad de población en el conjunto del núcleo urbano. (…)
Nuestra ciudad (…) no se ha dejado deslizar por la fácil pendiente de la ciudad dispersa, siguiendo el modelo anglosajón. Y ello a pesar de contar con un territorio muy extenso, que alcanza 1060 km2  y supone multiplicar por dos la superficie de Madrid, por seis la de Valencia y por diez la de Barcelona. (…)
La ciudad ha mantenido a lo largo de su historia un crecimiento contenido y una estructura radial que parte de un recinto amurallado romano que coincide de forma casi total con la medina islámica y con lo que hoy constituye el núcleo del casco histórico –perímetro marcado por el Coso y Cesar Augusto-.
La ciudad bajomedieval supuso tan sólo un crecimiento limitado que ni tan siquiera alcanzó hasta las orillas del río Huerva por el este y el sur, ni la Aljafería por el oeste, incluyendo en esta zona la plaza del Mercado en lo que hoy conocemos como barrio de San Pablo, el “ensanche” cristiano de Zaragoza. Esta función comercial, ya heredada de la época romana, se asentó en este barrio contribuyendo a convertirlo, hasta hace pocas décadas, en el centro del comercio urbano.
Estos mismos límites son los respetados por la ciudad renacentista.
La ciudad barroca experimentó una pequeña expansión territorial, siempre limitada por el Huerva y que tuvo en la construcción del Canal Imperial (1784) un hito histórico con efectos relevantes en la expansión geográfica de la ciudad con la creación de los barrios de Torrero (Miraflores) y Casablanca como instalaciones portuarias muy alejadas del núcleo urbano. Infraestructura hidráulica que aportó navegabilidad fluvial, nuevo suelo agrícola y un agua de mayor calidad que contribuyó enormemente a mejorar la ciudad, al tiempo que atrajo a sus orillas las importantes empresas harineras de la época.
La margen izquierda del Ebro estuvo apartada del crecimiento urbano, con muy pequeñas implantaciones, como el arrabal musulmán. Su inundabilidad por un Ebro indómito estuvo, con toda seguridad, en el origen de este vacío urbano que tan sólo se fue colmantando mucho después.
Las destrucciones de la guerra de la Independencia y la ulterior desamortización de los bienes eclesiales permitieron un ensanche desde el Coso hacia el sur hasta la puerta de Santa Engracia –actual plaza de Aragón- mediante el actual paseo de la Independencia.
La segunda mitad del siglo XIX vivió el primer intento de ordenación urbanística básica por parte del arquitecto municipal José Yarza y que fue denominado plano geométrico (1860)… con hitos como las aperturas de la calle Alfonso en 1866 y la de Conde Aranda en 1917.
La importante Exposición Hispano-Francesa de 1908 impulsó un ensanche urbano en lo que hoy conocemos como plaza de los Sitios y Santa Engracia.
En cualquier caso, los crecimientos de la zona urbana son hasta esta época siempre limitados,…
La ciudad tuvo a partir de 1910 una importante expansión demográfica y tuvo su traducción territorial. A ello contribuyó la llegada del ferrocarril. La estación del Norte tuvo una gran influencia en la “colonización” de la margen izquierda… impulsó la creación en su entorno de industrias y de los correspondientes bloques de viviendas obreras. Los mismos efectos se produjeron en el área contigua a la nueva estación de Madrid (Portillo).
La llegada del ferrocarril coincidió con el cambio de ciudad comercial a ciudad industrial, con el florecimiento de industrias ligadas a la construcción e infraestructuras de transporte, así como, a finales del XIX, a la creación de unas industrias químicas relacionadas con los abonos agrícolas. Estas empresas se implantarían en una zona evitada para usos residenciales por su inundabilidad: la Almozara, durante muchos años denominado barrio de “La Química”. (…) también el ferrocarril sirvió para hacer crecer y aglutinar en su entorno industrias, viviendas obreras y nuevos barrios, como el Picarral con la Estación del Norte (en torno a la Azucarera de Aragón) y el del entorno de la estación de Madrid (en torno a MZA o talleres de Cardé y Escoriaza).
Los ríos, que estuvieron en el origen de la creación de la ciudad, se convirtieron pronto en una traba para su expansión. El río Huerva suponía el principal obstáculo para el crecimiento geográfico de la ciudad y por ello hubo diversos proyectos para su desvío. Finalmente se optó por cubrirlo al inicio del siglo XX, lo que permitió la creación de unos ensanches residenciales destinados a la burguesía y que desplazaron el centro de la ciudad desde la plaza de España a la de Paraíso con el consiguiente deterioro del centro histórico.
Por el contrario, las harineras y azucareras buscaron implantación junto al río Gállego, atraídas por la mejor calidad de sus aguas en aquella época.
Otro invento, el tranvía, que inició su andadura en 1885 permitió el crecimiento de barriadas incipientes como Torrero, Venecia, Las Fuentes y, sobre todo, Delicias.
El importante crecimiento demográfico ligado al desarrollismo de los años 60 tuvo su reflejo en el crecimiento de las zonas residenciales, especialmente de los nuevos barrios obreros y también en el nacimiento de unas nuevas zonas industriales ubicadas dentro y fuera del municipio.
No menos importante para la ciudad son los sucesivos desplazamientos de la industria por el avance imparable de viviendas. En menos de veinte años, las empresas se desplazan más allá del ensanche de las clases acomodadas y, especialmente a la margen izquierda.
Jerónimo Blasco y David Baringo,  Zaragoza, ciudad sostenible: estado de la cuestión, Zaragoza,
Prames, 2004

IES RÍO GÁLLEGO. 2º BACHILLERATO. GEOGRAFÍA DE ESPAÑA

Tema 9: El espacio urbano. Los proyectos de ensanche del siglo XIX

ENSANCHE: Planteamiento urbanístico realizado fuera del casco antiguo de las ciudades debido a la falta de suelo urbanizable por la demanda de vivienda de la burguesía y la clase trabajadora en los núcleos urbanos industrializados. Se aplica desde la segunda mitad del XIX hasta mediados del XX.

“Los urbanistas del siglo XIX se atienen en la mayoría de los casos al trazado de cuadrícula con aridez y monotonía exasperantes, consecuencia de un espíritu estrictamente utilitario. (…) Sin centros dominantes y sin espacios libres. Sólo domina el ansia rapaz de aprovechar todo el terreno al máximo. Las calles son todas iguales, para de esta manera poderse cotizar igualmente. (…) Los terrenos dejaban de ser tierras de labor para convertirse en solares (…) Para una época que apresuradamente parcelaba, vendía y construía barrios enteros, nada podía ser más simple que el trazado de cuadrícula.”
Chueca Gotilla, Breve Historia del urbanismo, Madrid, Alianza Editorial, 1980.

El proyecto de ensanche de Barcelona de Ildefonso Cerdá (1859)
Arquitecto, ingeniero, urbanista, diputado a Cortes, miembro del Partido Progresista, comandante del batallón de milicianos durante el bienio progresista, en 1858 obtuvo autorización gubernamental para realizar estudios sobre el ensanche y reforma de Barcelona y su plan fue impuesto por el gobierno tras largo forcejeo con el ayuntamiento de Barcelona que ya había aprobado otro plan.
“El plan Cerdá establecía una urdimbre de calles paralelas al mar y la trama de calles perpendiculares a las anteriores; del cruce de urdimbre y trama surgían las mallas o manzanas cuadradas con chaflanes en los ángulos. Dos vías diagonales atravesaban el conjunto. Las calles debían tener 20 m de ancho como mínimo y estaban orientadas según las bisectrices de las direcciones N-S y E-O, por lo que los chaflanes de cada cruce daban frente a cada uno de los cuatro puntos cardinales. En las manzanas sólo se podía edificar en dos de sus lados, por lo común opuestos, en una profundidad de 20 a 24 m, y el resto estaba destinado a jardines. El plan dejaba espacios libres para ser dedicados a mercados, escuelas, iglesias y otros edificios públicos, y preveía la creación en la ciudad antigua de tres vías de 20 m con ampliaciones en sus extremos y cruces, que debían ser prolongación de tres calles del ensanche. El plan desagradó a los propietarios barceloneses, que lo consideraron una imposición  y acabaron desvirtuando por completo el proyecto de esta ciudad-jardín: se edificó en los cuatros lados de la manzana, se cerró y construyó en el espacio interior de ésta, los edificios alcanzaron una altura de 24 a 27 m, superior a los 16 previstos por Cerdá, y no se dejaron prácticamente espacios para los edificios de utilidad pública. El egoísmo de los propietarios del suelo falseó uno de los primeros y más atrevidos planes de urbanización ciudadana moderna.”

La ciudad lineal de Arturo Soria (1882)

“Era un tipo planificado de crecimiento suburbano ligado a las infraestructuras de comunicación. Se trataba de una calle de quinientos metros de anchura con tranvías en el centro, donde se encontraban también las conducciones de agua, gas y electricidad. Plantada de árboles, la calle daba acceso a parcelas laterales iguales donde se levantarían las casas unifamiliares; el suelo debía ser expropiado y gestionado por el municipio. Esta ciudad lineal podría llegar a constituir un gran eje de Cádiz a San Petersburgo y de Pekín a Bruselas. Arturo Soria consiguió pasar de la teoría a la práctica y ensayó su proyecto en la periferia nordeste de Madrid, con una sociedad anónima creada en 1894, ya que administración alguna se interesó en ello. La ciudad lineal madrileña de hoy, que da nombre a todo un distrito de la capital conserva de las ideas de su creador tan sólo la denominación, convertidos en escuelas y equipamientos los escasos chalets que han sobrevivido, y una vez perdido cualquier sentido de linealidad. Aunque la ciudad lineal ha sido conocida y difundida en otros lugares del mundo, Soria, como Cerdá, ha visto escasamente reconocido su papel pionero en las historia del planeamiento urbano.”


IES RÍO GÁLLEGO. 2º BACHILLERATO. GEOGRAFÍA DE ESPAÑA
Tema 9: El espacio urbano.

Breves apuntes sobre el ensanche burgués zaragozano: la huerta de Santa Engracia y la exposición internacional de 1908:

La celebración de la Exposición de 1908 con motivo del centenario de los Sitios de 1808 supuso el punto de arranque para la urbanización definitiva de la huerta del monasterio de Santa Engracia y zonas adyacentes, lugar éste gravemente dañado en la guerra de la Independencia.
Tras la promulgación de la Orden sobre planos geométricos de las poblaciones en 1846, comenzaron a proyectarse en muchas ciudades planos para alinear calles, abrir nuevas vías, fijar el crecimiento y urbanizar terrenos vacíos. En Zaragoza, el proyecto fue llevado a cabo por el arquitecto municipal José de Yarza en 1860.
Proponía la creación de grandes manzanas de trazado recto y la formación de dos plazas de reducidas dimensiones. No se llevó a cabo, ya que fue calificado de trasnochado y el propio alcalde lo tildó de “mezquino” por sus reducidas dimensiones. Así, mientras la ciudad crecía hacia el sur, esa zona permanecía sin urbanizar.
Fue entonces cuando se le encargó a Félix Navarro proyectar el Ensanche parcial de la ciudad hacia el medio día (Anteproyecto de parque de Zaragoza). Los terrenos que actualmente limitan el Paseo de Independencia, Calle de San Miguel y  Paseo de la Mina, se transformarían en “un delicioso parque con edificaciones nuevas y elegantes en tres de sus lados y completamente abierto para la vista hacia el mediodía, para no privarse del bellísimo panorama que ofrecen los dilatados y risueños campos del sur…” El parque se articulaba a partir de una plaza circular poblada de árboles, en la que concurrirían las distintas calles que provenían del Coso o del Paseo de la Independencia.
Los planes de Félix Navarro no se llevaron a cabo, y hubo que esperar a 1900 cuando se aprobó el proyecto del arquitecto municipal Ricardo Magdalena. En él se observa la influencia del plano ortogonal de Cerdá. Se adopta el tipo de manzana cerrada con patio interior y chaflanes en sus esquinas. El número de calles son seis, tres perpendiculares al Paseo de Independencia y tres paralelas, todas ellas arboladas. 
Sin embargo, no se puso en marcha hasta unos años más tarde cuando el ayuntamiento vio en esos terrenos el lugar ideal para la Exposición Hispano-Francesa. Se construyeron como edificios permanentes el Museo Provincial de Bellas Artes, la Escuela de Artes y Oficios y el asilo de “La Caridad”. También el Monumento a los Sitios, obra del escultor Agustín Querol, ubicado en el centro de la plaza  y el Kiosco de la Música de Martínez de Ubago.
Por último, destacar que la búsqueda de calidad de vida se reflejó en la gran amplitud de las viviendas construidas en el ensanche de Santa Engracia. Asimismo las calles estaban trazadas con un criterio moderno de amplitud con las esquinas en chaflán. Todas confluyen en la plaza de los Sitios de una manera radioconcéntrica.
Isabel Yeste, La exposición de 1908 y la creación de un nuevo espacio ciudadano, 2004
 IES RÍO GÁLLEGO. 2º BACHILLERATO. GEOGRAFÍA DE ESPAÑA
Tema 9: El espacio urbano.

Actividad de ampliación: los proyectos de Casas Baratas

Pretendían solucionar el grave problema de escasez de vivienda y hacinamiento de los obreros que venían a la ciudad. Permitían la expropiación forzosa de terrenos por parte de los ayuntamientos para poner en práctica proyectos de casas baratas, algunas de ellas inspiradas en la ciudad-jardín desarrollada por el urbanista británico Ebenezer Howard. Los ayuntamientos estaban obligados a la exención de todo impuesto municipal a favor de este tipo de casas y concedía otro tipo de beneficios crediticios. En el marco de esta ley se realizaron numerosas viviendas, tanto familiares como bloques de cuatro o cinco plantas. 

“Artículo 1: Se entenderá por Casa Barata la que haya sido reconocida oficialmente como tal, por reunir las condiciones técnicas, higiénicas, económicas y especiales, en su caso, para determinadas localidades, que expresen esta ley y el Reglamento para su aplicación. Podrán estar aisladas, unidas a otras o formando grupos o barrios, y podrán tener uno o varios pisos.
Artículo 3: Los beneficiarios de Casas Baratas, ya sea en concepto de inquilinos, en el de amortizaciones o en el de propietarios, no podrán disfrutar un ingreso anual superior al que por el Reglamento se señale para cada localidad. La mayor parte de dicho ingreso total habrá de proceder especialmente de salario, sueldo o pensión.
Artículo 6: Podrán construir las Casas Baratas: el Estado, los Ayuntamientos, las demás Corporaciones oficiales, las Sociedades de todas clases y los particulares.
Artículo 58: los cimientos y muros hasta un metro de altura han de construirse de modo que resulten protegidos de la humedad del suelo.
Se protegerá, las fachadas de las casas con aceras de 0,60 metros de anchura, como mínimo, que impidan las filtraciones de agua en la parte inferior de los muros.
Los muros exteriores y las cubiertas de los edificios deberán tener las debidas dimensiones, para garantizar su solidez, y habrán de proteger suficientemente el interior contra las variaciones atmosféricas de humedad y temperatura.
Artículo 59: La superficie descubierta destinada a patios, jardines, etc., será como mínimo, el 15% de la total del solar, cuando la casa tenga una sola fachada y su altura exceda de siete metros; si no llegase a esa altura podrá ser solo del 10%.
Si la finca tuviere dos fachadas o más, los tantos por ciento anteriores podrán ser reducidos al 13 y 8% respectivamente.
Todo patio o patinillo, mancomunicado o no, no podrá tener superficie menor de diez metros cuadrados, con lado mínimo de tres metros.
Esta condición se cumplirá siempre, aunque resulten mayores los tantos por ciento de superficie descubierta, en el caso de un solar de reducidas dimensiones.
Artículo 62: Ha de atenderse a la evacuación rápida, y en condiciones higiénicas, de materias fecales y aguas sucias, basuras, detritus e inmundicias de todas clases.
Ley de Casas Baratas, 10 de diciembre de 1921.

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