lunes, 2 de mayo de 2011

Criterios de corrección de los temas PAU

CRITERIOS DE CORRECCIÓN DE LOS TEMAS CON VALOR DE 5 PUNTOS



El liberalismo (ideario y corrientes) y la oposición al mismo

El liberalismo aspira a la eliminación de las características propias del antiguo régimen, a la vez que pretende construir otra sociedad basada en los principios liberales. En lo político la constitución se erige como la norma reguladora de la vida pública. Se rechaza la monarquía absoluta y se apuesta por la monarquía constitucional. Se eliminan los privilegios de la nobleza y el clero, así como el régimen señorial. Se proclaman los derechos del individuo y la soberanía nacional, se establece la división de poderes y el sufragio universal (masculino). Se formula la nación como conjunto de los españoles, con igualdad de derechos políticos y como depositaria de la soberanía nacional. El liberalismo aboga por un estado unitario y centralizado. En lo económico defiende la propiedad privada libre y plena, se rechazan los bienes vinculados y los comunales, se aspira a la libertad de comercio e industria, a la libertad de contratación de los trabajadores y a la fiscalidad común. No se rechaza la religión, pero se tiende a limitar el poder económico de la Iglesia y aflora el anticlericalismo.
            En las Cortes de Cádiz, entre las personas que buscan el cambio, se aprecia una distinción entre los liberales y los ilustrados reformistas. Posteriormente, los liberales del Trienio se dividirán entre moderados y radicales. La división continuará durante el reinado de Isabel II entre moderados, progresistas y liberales radicales.
            La oposición al liberalismo vendrá de la mano de Fernando VII y los absolutistas, así como del carlismo. Fernando VII deja sin efecto la obra legislativa de la Cortes de Cádiz y persigue a liberales y afrancesados. La oposición al absolutismo se plasmó en los pronunciamientos, prosperando el de Riego (Trienio Liberal).
            El carlismo (Primera guerra, 1833-1840) se caracteriza por su antiliberalismo, niega la soberanía nacional y defiende el sistema foral frente a la centralización liberal. Los carlistas encontraron apoyo en el medio rural, donde las masas campesinas fueron el principal apoyo social; se oponían a los cambios  que el liberalismo introducía, sobre todo en la propiedad colectiva. También encontró apoyo en los artesanos, la pequeña nobleza, parte de la jerarquía eclesiástica y del bajo clero. Desde el punto de vista geográfico, el carlismo se extendió por Vascongadas, Navarra, Cataluña, Aragón, Valencia, Galicia y Castilla la Vieja.

El sexenio democrático

            Los progresistas y demócratas pactan (Pacto de Ostende) para derribar a Isabel II y, más tarde, se les une Serrano y la Unión Liberal. La crisis económica facilitó la participación de las masas populares en la revolución de 1868. La crisis política de la monarquía actúa como detonante final. Surgen las juntas revolucionarias, disueltas por el gobierno provisional (Prim, Serrano). Se elige por sufragio universal unas Cortes Constituyentes –donde obtiene representación el Partido Republicano Federal-, que aprueba la Constitución de 1869 (soberanía nacional, división de poderes, derechos y libertades del ciudadano, monarquía parlamentaria).
Como rey se escoge a Amadeo I de Saboya. En su breve reinado hubo de hacer frente a diversos problemas: asesinato de Prim, oposición de los monárquicos tradicionales, de los alfonsinos, del republicanismo federalista, agitaciones obreras y crisis colonial.
            Tras el fracaso de Amadeo de Saboya se establece la I República (1873-1874), que tuvo cuatro presidentes (Figueras, Pi y Margall, Salmerón, Castelar) y acabó con el golpe militar del general Pavía. La I República contó con la oposición de los sectores conservadores, los carlistas y los alfonsinos. Además, entre los partidarios hubo divisiones (federalistas, unionistas) y confusión sobre los objetivos políticos. Se aprobó una nueva constitución (1873), se abolió la esclavitud y se suprimieron las quintas. La República hubo de hacer frente a las tensiones sociales (campesinos sin tierra de Andalucía, reivindicaciones obreras), insurrección cantonal, la guerra en Cuba y una nueva guerra carlista.
            Cánovas prepara la vuelta de los Borbones (manifiesto de Sandhurst), pero es el golpe de Martínez Campos el que permite la llegada de Alfonso XII como nuevo rey.

El sistema político de la Restauración y los elementos opositores al mismo

            La vuelta de los Borbones fue preparada por Cánovas (manifiesto de Sandhurst) y facilitada por el golpe de Martínez Campos. Se abre un largo período de estabilidad política con predominio de los valores conservadores de orden, propiedad y monarquía. Se trataba de crear un sistema político compartido por todos los sectores burgueses y de asegurar la exclusión de las clases bajas de la vida política.
            Cánovas sentó las bases institucionales y jurídicas del sistema, cimentado en la nueva constitución de 1876 (soberanía compartida, declaración de derechos) y el bipartidismo (conservadores, liberales de Sagasta), que daría lugar al turno pacífico entre los dos partidos dinásticos. El turno se garantizaba con el fraude electoral, manejado por los caciques locales mediante la compra del voto o la coacción.
            La oposición al sistema político viene representada por el carlismo (derrotado en 1876), los republicanos (divididos), los nacionalismos (Cataluña, País Vasco) y el movimiento obrero (anarquismo, socialismo). El período se vio sacudido por la crisis de 1898.

La dictadura de Primo de Rivera

            La crisis del liberalismo y del modelo de la Restauración propiciaron el golpe de Estado de Primo de Rivera, que triunfa sin resistencias. Contó con el amparo del rey y la simpatía de la opinión pública.
            El nuevo régimen se fundamenta en bases políticas diferentes al liberalismo: partido único (Unión Patriótica), representación de carácter corporativo y gestión ordinaria en manos de militares o técnicos. Hay una voluntad regeneracionista, se desmonta el caciquismo y se potencia el nacionalismo español frente al nacionalismo periférico. Se controla el orden público declarando el estado de guerra y se reforman los gobiernos provinciales y municipales. Acabó con la guerra de Marruecos tras el desembarco de Alhucemas. La dictadura tuvo dos fases: el directorio militar y el civil.
            La política económica se caracterizó por el nacionalismo económico y el intervencionismo para propiciar la industrialización. Se reguló el mercado interior, se estableció un fuerte proteccionismo de la industria nacional y se creó un Consejo Económico Nacional, encargado de autorizar la instalación de nuevas industrias.
            Hubo un fomento de la producción nacional mediante la protección fiscal y créditos favorables. Se elaboró un Plan Nacional de Infraestructuras con el cual se construyeron embalses, se crearon las Confederaciones hidrográficas, se construyeron carreteras y se mejoró el ferrocarril. Para financiarlo se recurrió a la deuda pública. Se crearon monopolios en diversos sectores (CAMPSA, Telefónica).
            La dictadura fue ganando enemigos (viejos partidos, parte del ejército, el nacionalismo catalán, los republicanos, el mundo intelectual) y no supo articular una salida política al régimen de excepción, lo que lleva a la caída del dictador en 1930.

La II república

            La II República se proclamará tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Atravesó por tres fases.
            Durante el bienio reformista (1931-1933) se aprobó la Constitución de 1931 (libertad religiosa, libertad de expresión, asociación, reunión, derecho de autonomía, separación Iglesia-Estado...). El gobierno presidido por Azaña realiza importantes reformas: reforma religiosa (divorcio, matrimonio civil, secularización de cementerios...), reforma militar (retiro voluntario, supresión de las capitanías y de la Academia General militar...), reforma agraria (Ley de Reforma Agraria...), reformas sociales (seguros sociales, rebaja de la jornada...), reforma de la educación (nuevas escuelas, incremento del número de maestros, misiones pedagógicas...) y reforma del Estado (estatutos de autonomía de Cataluña y País Vasco).
            En las elecciones de 1933 triunfa la derecha (CEDA) (1934-1936), que inicia una marcha atrás en las reformas del período anterior y excarcela a los militares sublevados en 1932 (Sanjurjo). En octubre de 1934 se produce un movimiento revolucionario (Madrid, País Vasco…) y la Generalitat de Cataluña (Companys) proclama el estado catalán en el marco de la república federal española. Los sucesos más graves fueron los de Asturias.
            Las siguientes elecciones (febrero 1936) las gana el Frente Popular, en el que participan los partidos y sindicatos más significativos de la izquierda (enero 1936). El programa incluía la amnistía para los condenados por los sucesos de 1934 y la recuperación de las líneas de actuación del bienio azañista (reforma agraria, estatuto catalán, educación…). Azaña paso a presidir la República. Se liberó a los presos políticos y se activaron de nuevo las reformas iniciadas en el bienio reformista: estatutos de autonomía, reforma agraria… La inquietud social y la violencia en las calles aumentaron.

La guerra civil de 1936-1939

            Causas de la guerra civil: La creciente polarización social entre la izquierda y la derecha, que se traduce cada vez más en violencia callejera protagonizada por los más radicales; el temor de los sectores conservadores al proceso de revolución democrática que amenazaba sus intereses; la conspiración militar desde la victoria del Frente Popular, para defender sus intereses corporativos, de clase y su visión del orden social; los asesinatos de Castillo y Calvo Sotelo; el fracaso del golpe militar, que desemboca en guerra civil.
            El golpe de Estado contó con apoyos civiles y eclesiásticos, logrando controlar inicialmente amplias áreas de España.
La España republicana hubo de hacer frente a diversos problemas: revolución social, caos organizativo, problemas militares, inestabilidad política…
El bando sublevado se organiza como dictadura militar al mando de Franco (Junta de Defensa Nacional, Jefe Nacional del Movimiento)  y anula las reformas republicanas.
            La defensa de la República se identificó con la defensa de la democracia y los antifascistas de otros países apoyaron a la República entendiendo que así luchaban contra el fascismo europeo. Francia y Gran Bretaña impulsaron el Comité de No-Intervención, donde estaban los principales países europeos. La República contó con el apoyo de la URSS y de las brigadas internacionales. Los sublevados dispusieron de la asistencia de Alemania e Italia.
            Consecuencias de la guerra: muertos y heridos, destrucción material de las infraestructuras del país, aminoración de la producción agropecuaria, establecimiento de una dictadura, eliminación de partidos políticos y sindicatos, represión de los vencidos.

El franquismo

            El franquismo, ideológicamente, se caracterizó por el anticomunismo, el antiliberalismo, el antiparlamentarismo, el nacional catolicismo, el nacional sindicalismo y el tradicionalismo. Políticamente se apoyó en Falange (al principio), los monárquicos, el ejército, la Iglesia y, más tarde, en los tecnócratas del Opus Dei.
            Socialmente se sustentó en los grandes propietarios de tierras, la burguesía industrial, la aristocracia financiera, la burguesía de empresarios y especuladores surgida durante la autarquía, las clases medias rurales y urbanas y los eclesiásticos.
Los primeros años (1939-1950) se caracterizan por la construcción del nuevo orden institucional e ideológico, la represión de los vencidos, el racionamiento, los maquis, la autarquía y el bloqueo internacional.
            Durante los años cincuenta finaliza el aislamiento internacional (tratado USA, Concordato), se inicia la liberalización económica, llegan las ayudas económicas internacionales, aparecen las primeras protestas (crisis universitaria, oposición obrera), se establece la Ley de Principios del Movimiento Nacional y se descoloniza Marruecos.
            En el período 1959-1975 se renuevan los dirigentes del régimen (tecnócratas del Opus Dei, reformistas del Movimiento), se produce la expansión económica (plan de estabilización, planes de desarrollo) y crece la oposición y la apertura del régimen.
            El entramado institucional del franquismo se basó en una serie de leyes fundamentales: Ley Constitutiva de las Cortes (1942), Ley de Referéndum Nacional (1945), Fuero de los Españoles (1945), Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1946), Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958)…

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